Siguiendo a mis compis Jose Antonio Téllez y Nelda Rubio, esta semana en Tutoría hemos llevado a cabo una dinámica que nos ha hecho reflexionar sobre la soledad y la marginación que sufren algunos de nuestros compañeros.
La dinámica consistía en que la seño colocaba en la frente del alumnado un post-it con una figura geométrica. La única norma era que no se podía hablar, solo podían usar la mímica. Tenían que encontrarse y juntarse los que tenían la misma figura geométrica. Pero... había tres alumnos que no tenían figura geométrica, con lo cual se quedaban solos y aislados.
Una vez que habían terminado y se habían encontrado, nos sentamos y reflexionamos sobre cómo nos habíamos sentido. Los que habían pertenecido a un grupo se sentían contentos, sin embargo, aquellos que estaban solos se habían sentido mal porque no tenían un grupo. A raíz de esto estuvimos hablando de que esto mismo sucede en clase, en el patio, en la calle. Resolvimos también un problema que estaba sucediendo en clase y decidimos que cuando viéramos a alguien solo podíamos acercarnos y hablarle.
Sacamos muchas conclusiones pero las más importantes son: que a nadie nos gusta estar aislado y marginado, que todo el mundo merece una segunda oportunidad y que el pasado hay que olvidarlo y perdonarlo. No está nada mal para una sesión.
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