Este fin de semana pasado encomendé al alumnado realizar un cuento etiológico. En realidad, fue Noa quien lo decidió y eligió la tarjeta que preguntaba por qué las tortugas tienen caparazón.
Los cuentos etiológicos son relatos en los que cada cultura primitiva ha tratado de dar una explicación del mundo y de los fenómenos naturales más cercanos. Para poder escribir un cuento etiológico tenemos que olvidar todo lo que ya sabemos y ha sido investigado; y debemos imaginar que no sabemos nada e intentar dar una posible explicación a lo que se nos pregunta.
El trabajo realizado por el alumnado ha sido fantástico y sorprendente. La mayoría lo ha hecho extraordinariamente bien. ¡Enhorabuena, chicos!
Aquí podéis leerlos todos.
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